En la mayoría de los proyectos impulsados por los emprendedores, se debería ganar dinero y ser rentable prácticamente desde el primer trimestre.
Y solo se deberían exceptuar a los que han tenido que acudir a capital ajeno para llevar a cabo el iniciarse como emprendedor.
En todos los demás y hablamos de más del 95 % de los proyectos, la aventura empresarial se inicia con los dineros propios y la rentabilidad debería ser la variable principal de gestión.
Se puede y se tiene que ganar dinero. Pide aquí el dossier para convertirte en un muy buen emprendedor vendedor. Pero no es lo que está pasando.
Y esto hace que los resultados, al ser peores de lo previsto, produzca desánimo, desmotivación y desesperación.
Todo ello conlleva a que el emprendedor muchas veces se arrepienta y mande todo a hacer puñetas. No son pocos los que abandonan su proyecto de ir detrás de un sueño porque las cosas no le salen como preveía.
Y es entendible, aunque no lo compartimos, que si a uno no le compensa, prefiera volver atrás y dejar el tema emprendedor.
Cómo hacer rentable tu proyecto
Para hacer rentable el proyecto, focalízate en las ventas. No pienses tanto en el producto o servicio ni en sus continuas mejoras.
Pasamos demasiado tiempo en la fase de producción. Sácalo a la calle (mercado) como esté (bueno si está muy verde es que todavía posiblemente no estés funcionando como empresa) y empieza a generar ingresos con tus primeros clientes.
Son ellos los que te dirán si el producto o servicio es bueno. Si hay ventas es que es aceptable y tiene su mercado.
Si no las hay es que necesitas mejorar como vendedor o tienes un modelo de negocio equivocado. Pero obsesiónate en generar pedidos-ingresos de tus clientes!
Siempre hemos dicho que la lucha de emprender no es fácil en esta sociedad que no apoya en nada a los emprendedores.
La presión «negativa» por parte de todos es asfixiante desde el punto de vista que los inicios son más duros que lo que uno prevee.
Pero pasada la primera crisis que suele venir por no recibir los primeros ingresos planificados, la gestión del proyecto se hace más llevadera. Nunca se puede perder el ir detrás de un sueño.
Hay que tomar decisiones de forma constante y no esperar a que mejores tiempos puedan arreglar nuestra situación. Nadie piensa en nosotros, y menos el mercado.
Pero emprender significa querer ganar un dinerito. Hay que vivir y pagar el estilo de vida que uno desea. Y es legítimo el que se aspire a ganar el máximo con la gestión del talento y del proyecto. Luego cada uno hace lo que desea con los beneficios.
Esta es la historia de Javier, que después de emprender y llevar con cierto éxito un Portal de Internet, ahora que no le salen los resultados quiere dejarlo todo y hacerse taxista para no tener preocupaciones.
Otro caso es el de Miguel, que después de gestionar su compañía audiovisual y ser un referente en el clipping mediático, lo dejó cuando no lo veía claro y se hizo guardia de seguridad en un parking.
Cuando los resultados no acompañen, nunca hay que tirar la toalla. Es más, hay que sentirse feliz por el mero hecho de haberlo intentado.
Sin intento no hay fracaso o éxito y somos pocos los que no aventuramos a lanzarnos a tener iniciativa y plantear nuevos retos que rejuvenecen la oferta de cualquier tipo de actividades y temas.
En Estados Unidos los emprendedores lo intentan hasta 3 veces para que les salga bien. Tu haz lo mismo. Si no es a la primera, vuelve, que el chip emprendedor que llevas dentro nadie lo puede extirpar.
¡Haz rentable tu actual proyecto que seguro que se puede!